Cuando producimos y recibimos mensajes que no vienen expresados en palabras, estamos ante lo que se conoce como Comunicación No Verbal. Así como empleamos signos lingüísticos, utilizamos también una serie de signos no verbales que comunican una considerable e importante información. Estos signos verbales, que inevitablemente aparecen en cualquier situación comunicativa, suelen mantener una relación de interdependencia con la interacción verbal, es decir, suelen utilizarse en combinación con los signos verbales, a pesar de que también pueden emplearse en forma asilada. Como proponen Pierre Simón y Lucien Albert, autores del libro Las Relaciones interpersonales, “es necesario que efectuemos un verdadero aprendizaje de las Comuniaciones no verbales: a través de su complejidad nos será posible captar las actitudes, emociones y mensajes que ellas pretenden transmitirnos. Nuestra receptividad a los indicadores no verbales modificará totalmente nuestra comprensión de los demás".
"Sistemas de Comunicación No Verbal"
Proxémico: Alude a la estructuración y el uso del espacio, en especial en lo que respecta a la distancia mantenida, consciente o inconscientemente, por los hablantes en una interacción comunicativa. En este sentido, las relaciones proxémicas contribuyen a determinar el tipo de relación social y nivel de intimidad existente entre los interlocutores, al tiempo que ofrecen rastros significativos acerca de la actitud personal e intención comunicativa de los hablantes.
Kinésico: Se refiere a los movimientos corporales, gestos faciales, posturas, etc. que comunican o matizan el sentido de los enunciados verbales, de un modo intencionado o no. A través del lenguaje Kinésico es posible, por ejemplo, resaltar algún aspecto del mensaje discursivo, ilustrar estados de ánimos o emociones, subsanar las deficiencias verbales, contradecir el significado de los enunciados verbales, etc.
Paralingüístico: Es el sistema que nos entrega mayor información e índices idiosincrásicos, mediante los cuales es posible reconocer la voz, la edad, el sexo, es decir, los rasgos personales del hablante. En el lenguaje paraverbal entran en juego la entonación, el timbre, la intensidad, el acento, el ritmo, las pausas, los silencios, etc. Al hacer un uso adecuado de estos elementos, podemos otorgarle a la comunicación oral el carácter y significado que queremos; así, podemos crear un ambiente íntimo y de confesión personal o bien, de formalidad e impersonalidad.
Intenta cambiar roles: Junto a otro persona, intenta observar los niveles kinésicos, proxémicos y paralinguísticos de la otra persona
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